Si quieres proteger a tu hijo/a ante una futura situación de acoso escolar, debes trabajar una adecuada socialización en la infancia, ya que actuará como protección, como fuerza para el niño frente al miedo al rechazo y a la fobia social. El aislamiento, la sobreprotección, y el control sobre los hijos puede facilitarlo.
Los padres deben trabajar la seguridad de sus hijos, los padres deben garantizar oportunidades para que sus hijos se relacionen con los demás, favoreciendo el intercambio de emociones, pensamientos y conductas. Acontecimientos durante la primera infancia y la adolescencia pueden favorecer la ausencia de contacto y contribuir al desarrollo de la fobia social y el rechazo por los demás y en casos, convertirse en potencial víctima del acosador/a.
Acoso escolar: Ayudar a los padres para ayudar a los hijos
Es de vital importancia prevenir conductas de los padres, que bajo ciertos estados emocionales, puedan desfavorecer este contacto social y trabajar sobre los padres para que el problema de la fobia social, miedos y rechazos no aparezca en los hijos.
Estos son los modelos de relación familiar que fomentan conductas y pensamientos de aislamiento en los niños y que pueden convertir a sus hijos en futuros víctimas de acoso:
- Padres excesivamente preocupados por la opinión de los demás no van a promover el contacto social, evitarán socializarse y pueden usar la vergüenza como método de control para sus hijos, alertando a sus hijos de los posibles desastres si se relacionan, anticiparán el fracaso creando profecías que se auto-cumplen: “Que vergüenza, harás el ridículo”…
- Progenitores deprimidos con los que el niño permanece la mayor parte del día, el niño tendrá más probabilidades de tener dificultades en las relaciones. Un niño que está la mayor parte del tiempo ignorado empezará a manifestar una falta de reacción ante el entorno o por el contrario, podría presentar lloros contantes y conducta agresiva.
- Las familias con varios hijos, en sí mismas, facilitan el contacto con los demás, porque son niños que desde la más tierna infancia comparten y viven en grupo. Una familia con un solo hijo necesita esforzarse más para estimularle y relacionarle con otros niños. Resulta muy beneficioso, en el segundo caso, favorecer su sociabilidad con la guardería, las actividades deportivas y culturales en grupo etc.
- La presencia de enfermedades que afectan al aspecto físico o mantienen a los niños ingresados largos tiempos en el hospital, favorece la hiperprotección de los padres, pero siempre va a depender de cómo se afronten dichas limitaciones. Por ejemplo, en el caso de sufrir acné, sobrepeso, cualquier diferencia con el resto puede aislarse del grupo evitando situaciones o por el contrario puede interactuar con los demás, fortaleciendo así su autoestima. Si el aislamiento es forzado, por ejemplo, el niño que padece una enfermedad y debe estar en cama durante mucho tiempo, tendrá menos oportunidades de socializarse, ya que no podrá ir al colegio, ni realizar deportes, ni salir con los compañeros normalmente. En este caso habrá que facilitarle el contacto en casa con reuniones de amigos.
El bullying puede facilitar la fobia social y la fobia social alimenta el bullying o acoso psicológico en la escuela es el factor clave en el mantenimiento de la fobia social y también el origen de una depresión y otros trastornos de conducta.
Un niño que es rechazado por el grupo siente miedo, vergüenza, ansiedad, tristeza, rabia; todas ellas son emociones muy destructivas si no las comparte con un adulto para obtener ayuda. El bullying provoca un aislamiento forzado que aumenta el que los padres habían creado. El niño mantendrá con su aislamiento una constantemente burla, insultos, vejaciones por sus compañeros, con el tiempo se va debilitando, creyendo a sus verdugos, incluso llega a creer que se lo merece.
El niño acosado intenta pasar más desapercibido, como mecanismo de defensa se aísla más del grupo dejándose de relacionar por miedo a ser humillado, por lo que se reducen sus oportunidades de hacer amigos.
Un niño que sufre de acoso en la escuela debido al aislamiento inicial o la fobia social, en casa empieza a comportarse de manera diferente, por ejemplo, está más agresivo o más pasivo, está triste, tiene miedo a dormir solo, no quiere ir a clase, se queja de dolores antes de ir al colegio, se hace pis en la cama etc.., aquí debemos alarmarnos.
Estos síntomas conductuales y físicos son mensajes que deben ser escuchados, ya que en la mayoría de los casos los niños no verbalizan que les pasa algo hasta que el acoso se ha instaurado. Si detectamos cambios bruscos de conducta o ciertos síntomas en nuestro hijo debemos descartar que pueda sufrir, fobia social o peor, una involución que ha provocado el acoso escolar.
En general, los problemas que sufren los padres pueden reducir las oportunidades de los niños para ser felices, en la mano de los padres está la responsabilidad de pedir ayuda psicológica para superar sus límites.
Jorge López Pérez Vallejo es psicopedagogo, educador y psicólogo.
Su experiencia, bagaje profesional y amplia formación, hacen que sea el único profesional con los ingredientes esenciales como experto clave de la Terapia Breve Estratégica.
Esta novedosa corriente psicológica fue formulado por un grupo de científicos (psiquiatras, psicólogos, antropólogos) de la Escuela de Palo Alto en California en el Mental Research Institute (MRI), instituto líder en el desarrollo de la Terapia Familiar y la Terapia Breve Estratégica.
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