Agata Krupa es fisioterapeuta especializada en uroginecología y obstetricia y directora de la Unidad de Suelo Pélvico en la Clínica Colón de Valencia.
Licenciada en Fisioterapia por la Universidad de Wroclaw (Polonia), ha publicado su propia tesis: ‘El impacto de los métodos fisioterapéuticos durante el embarazo y la calidad del parto’ y ayuda a cientos de mujeres a mejorar su calidad de vida en este aspecto.
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5 razones para cuidar el suelo pélvico en embarazo y postparto
El suelo pélvico es una de las zonas del cuerpo de la mujer que mayor cambio experimenta durante el embarazo. Debido al desarrollo del bebé, se estira, pierde fuerza, elasticidad, y provoca que la mujer tenga menos control y sensibilidad en esta región después del parto.
Durante siglos, ha sido el gran olvidado tanto por los profesionales sanitarios como por las propias mujeres, bien por desconocimiento hacia la relevancia de ejercitarlo en la fase de embarazo y posparto, como por vergüenza a hacer públicas las lesiones derivadas de no cuidarlo.
Por eso, es necesario poner el foco en divulgar la importancia de mantener el piso pélvico en buena forma, independientemente de la edad y estado de salud -aunque con mayor énfasis en situaciones de embarazo-, para evitar una amplia variedad de cuadros médicos que van desde la incontinencia urinaria, fecal o pérdidas de gases, hasta el prolapso de los órganos internos, disfunciones sexuales, y dolor pélvico crónico.
Combatiendo el mito del desconocimiento
La salud pelviana entre mujeres es un tema todavía poco conocido. Muchas embarazadas piensan que la incontinencia urinaria durante la gestación y fase de posparto son normales y no acuden a ningún especialista. Mientras tanto, la musculatura de su suelo pélvico se debilita y el riesgo de prolapso es mayor, dejando como única opción de recuperación la cirugía.
Casi un 40% de las mujeres embarazadas presentan algún tipo de incontinencia y problemas de estabilidad pélvica, debido a que el tono perineal durante la gestación baja significativamente por:
● Ablandamiento de los músculos y ligamentos.
● Aumento del peso.
● Aumento del diámetro del abdomen y la pelvis.
● Estreñimiento.
Parto y posparto
La mayoría de los daños del suelo pélvico ocurren durante el parto vaginal, pues los desgarros musculares son muy frecuentes. En casos de partos instrumentales, grandes dimensiones de la cabeza del bebé, o partos prolongados, se suelen realizar episiotomías (corte vaginal). Dependiendo de la profundidad del corte, se observa menor o mayor pérdida de fuerza muscular. Tras una episiotomía, en el periné queda una cicatriz que puede ser molesta, poco flexible, y siempre debería estar valorada por un especialista.
Tras un parto vaginal, en las primeras 6 semanas la región perineal puede encontrarse distendida, hipotónica, dolorosa, a veces inflamada. El abdomen también ha sufrido enormes cambios, se notará más blando, con acumulaciones de gases intestinales, estreñimientos, sensación de dislocación de los órganos internos. Todas estas situaciones son totalmente normales y deberíamos hacer todo lo posible para no agravarlas, por lo que están contraindicadas las flexiones abdominales, del tronco, dietas grasas, o el running.
En las primeras 6 semanas de posparto deberíamos iniciar la activación muscular de manera muy suave, empezando con sencillos ejercicios de Kegel (contracciones del suelo pélvico) y respiraciones intercostales. También es importante mantener una buena circulación sanguínea en la zona del periné, por lo tanto se necesita cambiar las posiciones cada 2 horas, evitar estar sentada más de 1 hora sobre las nalgas.
La higiene postural es fundamental en este período, porque la musculatura postural es muy distendida y se debería activar progresivamente adoptando posturas correctas (columna alineada, pelvis en posición neutra, evitar flexiones del tronco hacia delante).
¿Cómo cuidar el suelo pélvico en postparto tardío?
● Ejercicios hipopresivos: actualmente es uno de los métodos más eficaces, dedicados para mujeres en posparto (tras parto vaginal y cesárea). Estos ejercicios sirven para disminuir las presiones abdominales, tonifican la musculatura abdomino-pélvica, provocan ascenso de los órganos internos que han sufrido una gran presión durante el embarazo.
●Ejercicios de suelo pélvico (Kegel): la musculatura pelviana puede trabajarse desde las horas siguientes del parto. Son contracciones mantenidas 5-6 segundos, siempre combinadas con una respiración profunda. Se contrae el suelo pélvico mientras soltamos aire, intentando elevarlo (llevar el ombligo hacia arriba). Te ayudará colocar un balón blando en las rodillas: mientras sueltas aire, presionas el balón y contraes el suelo pélvico. Más información en esta Guía de Ejercicios Kegel para mujeres.
● Protección del periné en los momentos de hiperpresión: uno de los esfuerzos más importantes que deberían corregir todas las madres recientes es la maniobra de defecar. Siempre se debe expulsar cuando hay el deseo, esto significará que las heces se encuentran en el recto y no habrá que utilizar fuerza para poder expulsarlas. La posición durante la defecación debería ser: con la flexión de caderas superior a 90 grados (rodillas por encima de las caderas) para que el esfínter del ano esté totalmente relajado y para que no hagamos fuerza para expulsar.
¿Por qué cuidar tu suelo pélvico durante el embarazo y en posparto?
- Mantiene la musculatura pelviana en forma y facilita el parto.
- Previene dolencias derivadas del parto tales como incontinencia urinaria.
- Evita el descenso del útero y la vejiga en posparto.
- Mejora el autocontrol del trabajo de los esfínteres en situaciones de esfuerzo.
- Reduce las opciones de recurrir a una cirugía para corregir prolapsos.
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