«La infancia es única y debe ser cuidada y respetada por todos, ya que marcará el futuro del niño y su forma de ver el mundo”.
Alejandra Melús es maestra de Educación Especial y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz y trabaja con niños de cero a seis años realizando sesiones individualizadas de tratamientos especializados.
Podéis seguirla en su blog Atención Temprana y Estimulación
Autonomía, rabietas, egocentrismo y otros cambios de los dos años
La etapa de los dos años supone un gran cambio en nuestros peques en todos los aspectos.
– Lo más notable de todo es la autonomía que van ganando cada día, ya que son capaces de hacer poco a poco mayor cantidad de tareas por sí mismos.
Además, como padres, también supone una libertad y tranquilidad mayor, ya que esta autonomía permite mayor independencia a todos.
En esta etapa podremos fomentar el juego individual y autónomo y tener ratitos pequeños para nosotros mismos, donde el niño no demande ni necesite nuestra ayuda y compañía continuas. Empieza a entretenerse jugando solo y creando nuevos juegos, algo esencial para su imaginación y creatividad. Puede colaborar en las tareas de casa o de cuidado personal, como al vestirse o desvestirse, comer solo, ayudar a llevar la ropa sucia al cubo, etc. ¡Anímale a que lo haga!
Todo esto es gracias a que comprende cada día mejor y a que adquiere rutinas y las imita del entorno.
Observamos que nuestro bebé va desapareciendo para dejar paso al niño que emerge de sí mismo, con lo que todo esto supone.
Los dos años son temidos por muchos padres, ya que es en este momento cuando los niños muestran su carácter y personalidad, aparecen las rabietas y «no» es la palabra que más sale de su boca. Esto se debe a que el niño comienza a ser un ser independiente, que razona, piensa y crea por sí mismo.
Empieza a sentirse ser individual y no una parte de sus padres, como lo era hasta ahora.
La etapa de la negación y la reafirmación de sí mismo sucede en este momento. Las rabietas aparecen fundamentalmente por la necesidad de comunicarse con el otro tras la aparición del lenguaje. El niño siente frustración al no tener vocabulario y capacidad suficiente para razonar y comunicarse y así observamos que en muchas ocasiones, aparecen los enfados descontrolados, los llantos e incluso los golpes o las agresiones físicas debido a la rabia y la frustración sentida.
Ante esto, ¿Qué debemos hacer?
Sobre todo mantener la calma, es complicado pero debemos estar tranquilos y empatizar con el peque. Debemos situarnos frente a él y explicarle de forma sencilla la norma que queramos o lo que vamos a hacer («Ahora no puedes coger la pelota», «Dame la mano para cruzar», «Ponte el abrigo»,…) Normas claras y concisas. Siempre siendo firmes y no accediendo a lo que el niño demande con tal de que cese en su comportamiento.
Si sigue enfadado y llorando, debemos poner palabras a sus sentimientos, ayudándole así a que pueda expresarse con palabras y no con llantos y rabietas, aprendiendo otro modo de comunicarse más maduro, eficaz y adecuado («Entiendo que estés enfadado porque quieres coger la pelota, el tiempo de jugar ha acabado; nos tenemos que ir a casa», «Sé que no te gusta ir de la mano, pero cruzar solo es muy peligroso», «Sé que es un rollo ponerse el abrigo, pero hace frío y podemos ponernos malos»,…)
Esto no hará que nuestro hijo no pase por la fase de las rabietas, pero así aprenderá antes a tener herramientas más eficaces de comunicación y que le ayuden a sentirse comprendido y a gusto con los demás y consigo mismo. Y veremos que cuando menos nos lo esperemos, será él mismo quien se comunique con palabras y no a través de sus rabietas, expresando sus sentimientos y deseos.
A los dos años el niño descubre que experimentar por sí mismo es emocionante y divertido, y le gusta explorar con sus sentidos todo su entorno, teniendo el adulto que poner límites y protección a su paso, para mostrarle lo que es peligroso y ofrecerle el modo adecuado para resolver sus conflictos.
Es en este momento donde el peque aprende a resolver por sí mismo los obstáculos que se le presentan, siempre que se lo permitamos y, cada día muestra nuevas herramientas de resolución.
Puedes darle pautas, pero deja que explore y pruebe por sí mismo, que aprenda a resolver sus pequeños problemas, con apoyo, pero dejando que piense y razone por sí mismo.
A los dos años, también, el peque se ve a sí mismo protagonista del mundo. Es la etapa de egocentrismo en el niño (la etapa del “mío, mío” o “yo solito”), donde se siente el centro del universo y de todo lo que vive, cree que todo es suyo y no quiere compartir a nada ni a nadie, ya que siente que el mundo le pertenece. Se sienten poderosos y capaces de todo.
Ante esto debemos mostrar comprensión cuando no quiera compartir objetos personales o sentimientos con el resto, como haríamos los adultos, ya que es lógico y entendible que haya cosas que sólo quiera para sí mismo.
Pero, por otro lado, es importante que aprenda a compartir objetos de ambientes comunes, como los columpios, los juguetes de la guardería, etc., ya que él mismo demandará que los compartan con él y sentirá enfado si así no lo hacen los demás.
No debemos obligar al peque a compartir pero sí debemos hacerle entender que no está solo en el mundo y que compartir puede enriquecernos en muchos aspectos.
La empatía, la comprensión y la paciencia, deben ser nuestros grandes aliados en esta etapa.
Como podemos observar, a los dos años acontecen gran cantidad de cambios, que nos muestran que nuestro bebé va creciendo, abriendo paso al lenguaje y a la comunicación, la personalidad, el razonamiento, la resolución de conflictos, el juego individual, la autonomía, la imaginación y un sinfín de aspectos que iréis descubriendo si tenéis cerca de vosotros a un peque de dos años.
4 Comments
[…] enfrentaros a todo ello con herramientas y de forma adecuada y calmada, hoy os muestro este POST donde podéis descubrir diferentes pautas y además podéis realizar vuestras consultas […]
mi hijo cumple 2 años el mes q viene y no dice ni jna palabra. lo he llevado al pediatra y me lo derivo al otorrino y le van a hacer una prueba este martes q no sé en q consiste, tiene q ir con 6 hotas dd ayuno y esrar dormido o tranquilo sino lo sedaran. estoy asustada a mi me parece q oye bien pero no sé q pensar.
Me ha encantado! Lo comparto en Educación y Crianza Emocional.
Tengo un niño de 2 años y una bebé de 6 meses y el niño esta muy insoportable, no hace caso, todo es Nooo, por todo llora, tira las bebidas y comidas al suelo y yo ya estoy perdiendo la paciencia. Se que lo hace porq esta en esa etapa y por llamar la atención pero ya no se que más hacer!!!