«La infancia es única y debe ser cuidada y respetada por todos, ya que marcará el futuro del niño y su forma de ver el mundo”.
Alejandra Melús es maestra de Educación Especial y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz y trabaja con niños de cero a seis años realizando sesiones individualizadas de tratamientos especializados.
Podéis seguirla en su blog Atención Temprana y Estimulación
El sexismo en el juego
Estamos en unas fechas en las que es inevitable hablar constantemente de juguetes y juegos, y es que las navidades acaban de pasar y los Reyes Magos, con su magia, han dejado algunos regalos en nuestra casas, siendo éstos muy variados y diferentes, dependiendo del peque y sus gustos.
Al menos, si han dejado algo, así debería haber sido, ya que aún son muchos los niños que reciben regalos estereotipados y que dependen de su género y no tanto de sus gustos. Regalos que se ajustan a ideales anticuados y por los que se está luchando por cambiar desde hace muchos años con mucha constancia y esfuerzo.
Si os habéis acercado estos días a diferentes tiendas y comercios infantiles, habréis podido ver cómo siguen existiendo los llamados «pasillos rosas» en las grandes superficies y jugueterías, enfocados a un público infantil femenino, ya que se trata de juguetes empaquetados y diseñados en rosa, en los que en sus cajas aparecen únicamente niñas jugando, sin dar pie a que sean libremente los niños quienes escojan lo que desean, ya sea rosa, blanco o del color que sea.
Desde hace muchas décadas se viene hablando del juego, la publicidad y los juguetes sexistas. Se puede apreciar como juguetes como carritos o cocinas, en las décadas de los 50-60 eran juguetes en colores neutros como el blanco, el rojo o el azul marino, y ahora en su mayoría se enfocan al público femenino, dando pie a estos pasillos rosas, con juguetes del ámbito doméstico, la belleza o muñecas en este único tono cromático.
Nuestra generación, sin ir más lejos, disfrutaba de juguetes en diferentes colores, sin importar el género del niño que lo utilizaba. Y en cambio ahora, podemos observar cómo la mayor parte de juguetes «destinados» a niñas son de color rosa y los «pensados» para niños son en colores llamativos, variados o incluso más oscuros. (negro, azul, gris…)
También cabe destacar que se han llevado a cabo varios estudios e informes que tratan este tema, como este que realizó el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 2003 que arroja datos un tanto desconcertantes y alarmantes.
Algunos de estos datos son, por ejemplo, que en la publicidad de juguetes, son en su mayoría niños los que anuncian superhéroes, coches o materiales electrónicos y, por lo contrario, son mayoría las niñas las que publicitan juguetes relacionados con la belleza o la moda, muñecas, princesas, o electrodomésticos y productos de tareas del hogar (cocinas, carros de limpieza, comiditas…)
Por lo tanto, se siguen transmitiendo, en la mayoría de los casos, etiquetas y modelos poco ajustados con la igualdad que se viene reivindicando y trabajando hace tantos años.
Estos modelos no sólo dependen de la publicidad y los elementos externos y ajenos a nosotros, sino que también requieren que pongamos gran atención a los ejemplos que mostramos en el día a día, ya que son los niños quienes deben escoger libremente a qué poder jugar, con quién y cómo, los modelos que quieren imitar y lo que les hace felices, sin estar guiados y reprimidos por su género o por modelos retrógrados y poco ajustados a los ideales actuales.
Y ¿por qué debemos olvidarnos del género a la hora de jugar?
– Porque el juego libre y sin prejuicios permite desarrollar nuevos cánones y modelos a seguir, dando pie a la imaginación y al juego simbólico, a la creatividad y a la libertad de pensamiento.
– Porque los modelos han cambiado, y ahora tanto hombres como mujeres pueden ser y son profesionales y padres, desarrollan un trabajo que les permite crecer en el terreno profesional y forman una familia que fomenta otros valores en sus vidas.
– Ofrecer pelotas a los niños y princesas a las niñas es coartar la libertad de gustos y necesidades según su edad y sus querencias.
– Permitir a ambos sexos realizar todo tipo de juegos sin juzgar su género, les hará sentirse iguales y capaces. Es decir, no por ser hombre o mujer se puede ser mejor o peor en algo, sólo depende de sus gustos y de la práctica, del empeño y de su esfuerzo.
– Olvidar los prejuicios les hará más libres y por tanto, más felices y poderosos.
– Explorar diferentes modelos les hará más capaces y polivalentes. Esto les permite conocer más y descubrir mayores ámbitos donde superarse y poder disfrutar.
– Cada uno es bueno en deferentes aspectos de la vida, para ello debe probar y descubrir qué le gusta. Si no permitimos que prueben, estamos privándoles de la libertad que como niños deben tener para descubrir sus gustos.
– Como adultos, somos responsables de lo que descubran nuestros hijos y, por ello, debemos dar ejemplo de los roles que queremos que imiten, comprendan e integren. No podemos exigirles algo sin mostrárselo.
– La igualdad entre personas debe ser un derecho y no un lujo. En la actualidad tanto hombres como mujeres se forman, estudian, se convierten en grandes profesionales, tienen hijos y trabajan, y, de igual modo, comparten las tareas del hogar, las obligaciones familiares y el cuidado de los hijos. Por todo ello, seguir centrándonos en juguetes que no se ajustan a esta realidad, nos hace retroceder en todo lo avanzado y conseguido.
– Animar a nuestros peques a seguir las metas que se propongan sin pensar en si son niña o niño, les hará creer en sí mismos, favoreciendo su autoestima y la confianza en sus capacidades.
– Los colores de un juguete o un material deben ser un añadido y no algo delimitante.
– Confiar en nuestros hijos y en sus capacidades les dará alas para conseguir todo lo que se propongan, sintiéndose seguros, apoyados y amados.
Y por último, os animo a descubrir algunas de las campañas que se han llevado a cabo en nuestro país durante estas Navidades donde denuncian la publicidad sexista y demandan igualdad de oportunidades para ambos sexos, como por ejemplo, en la campaña de Andalucía que se lleva realizando varias años seguidos, en la de Valencia o esta que lanzó Audi.
En Gran Bretaña existe una campaña que se lleva a cabo hace años, «Let toys be toys«, donde se denuncia el sexismo en el juego y se promueve una publicidad responsable, sin diferenciación entre niños y niñas, haciendo hincapié también en aspectos como el embalaje o el color de los juguetes.
Con toda esta información a nuestro alcance, somos nosotros, los adultos, los que debemos poner sensatez a toda la información que reciben nuestros hijos del exterior y del entorno en el que viven.
Es fundamental que pensemos que la base del ser humano y por lo que nos guiamos cada día es por aquello que nos ilusiona y nos hace felices. Permitamos que nuestros hijos lo sean, sin importar su género ni ningún otro aspecto de sí mismos.
2 Comments
Yo le doy bastante vueltas a este tema desde que tuve a mi hijo… Sí que es cierto que el marketing a veces es muy marcado, y el tema del rosa, pero hay varias cosas que he visto: a mi hijo (ahora 4 años) le ha importado siempre bastante poco si el juguete era rosa o de otro color, pero tuvo una etapa a los 2 y algo que lo quería todo azul (muebles, ropa incluidos). Sí que ha jugado con cualquier tipo de juguete, escobas, cocinas, carritos y muñecas… Peeero, ya desde bien pequeño le llaman más que nada los vehículos, coches, camiones, grúas, cosa mala, es casi obsesión! Y esta Navidad pidió un balón de fútbol (y en casa fútbol cero patatero, ni a su padre ni a mi nos gusta). Con lo cual, y aún cuando yo prefiero yle compro más a gusto otro tipo de juguetes, el prefiere los coches, y si va a una sala de juegos, pasará más tiempo jugando a los coches que a cualquier otra cosa, y tengo muy claro que es algo que ha salido de él mismo, y es algo que he visto con más niños, igual que también he visto casos cercanos de niñas que han tenido la fase de solo querer jugar con muñecos a «bebés». Con lo cual… Sí que parece que hay cierta tendencia (aunque hayan excepciones), pues algo hay, y yo sí estoy de acuerdo en dejar y fomentar que los niños jueguen con todo, pero muchas veces yo creo que las preferencias salen así por si solas, y las niñas quieren principalmente muñecas y los niños coches… Y precisamente, si hablamos de respetar sus gustos, pues es lo que hay.
Lo que haceis es cambiar unos estereotipos por otros.