«La infancia es única y debe ser cuidada y respetada por todos, ya que marcará el futuro del niño y su forma de ver el mundo”.
Alejandra Melús es maestra de Educación Especial y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz y trabaja con niños de cero a seis años realizando sesiones individualizadas de tratamientos especializados.
Podéis seguirla en su blog Atención Temprana y Estimulación
Ventajas e inconvenientes de la Escuela Infantil
El tema de las escuelas infantiles es un tema polémico. Hay dos opiniones extremas en cuanto a este tema: los que opinan que cuanto antes acudan los peques mejor, para poder favorecer hitos que en casa no suceden, como socializarse y dar autonomía, y quienes piensan que mejor cuanto más tarde, para prevenir enfermedades, favorecer el desarrollo emocional y dar otros apoyos más específicos, individualizados y personales.
Para ello es importante contemplar todas las opciones según las posibilidades de cada familia, ya que no sólo hay que tener en cuenta lo que uno quiere sino también lo que puede elegir dentro de sus posibilidades económicas, laborales, familiares y sociales.
¿Por qué surgen las escuelas infantiles?
Las escuelas infantiles surgen por la necesidad de los padres de tener un espacio adecuado, adaptado y pensado para los niños, bajo el cuidado de profesionales, que nos permita seguir desempeñando nuestra tarea profesional, tanto para poder tener un ingreso económico como para favorecer nuestro crecimiento en aquello en lo que hemos trabajado tanto, sin realizar un parón excesivo y teniendo la posibilidad de delegar en un organismo externo a la familia.
Por lo tanto, las escuelas infantiles son un espacio pensado para cubrir las necesidades de los adultos y no las de los niños, aunque las actividades estén diseñadas para enriquecer a los peques en cada una de sus áreas.
La socialización y la etapa de egocentrismo del niño
Seguramente habréis oído hablar del término “socialización”, ya que suele justificarse la escolarización temprana de los niños partiendo de este concepto como objetivo fundamental.
La socialización de los niños no es más que integrarles en sociedad, con otros niños, para que puedan aprender a convivir, a desarrollarse en un entorno con sus iguales, a jugar en grupo o seguir normas sociales.
La realidad es que los niños hasta los tres años pasan por una etapa de egocentrismo, donde experimentan sus vivencias sin empatizar con el entorno o sin sentir la necesidad de convivir con el resto según las normas básicas de convivencia.
Ellos no se relacionan con los otros por necesidad y mucho menos comprenden el concepto de compartir lo de sí mismos con el resto, ni su espacio, ni lo material, ni el afecto o la atención.
Por esto mismo, la socialización se empezará a dar a partir de que cese esta etapa y comience la siguiente, donde el niño esté preparado para formar parte de una sociedad, compartir experiencias y enriquecerse de ellas en grupo, disfrutando realmente de lo que le proporciona la socialización.
Entonces, ¿No es positivo que los peques están con otros niños?
Sí, de hecho que estén con otros niños pondrá a su alcance muchos aprendizajes enriquecedores y positivos, como el hecho de imitar conductas, seguir al grupo, jugar por turnos, adquirir vocabulario, mejorar en el lenguaje expresivo y comprensivo, jugar de manera funcional y simbólica, compartir por obligación, esperar para recibir algo material o atención y, les dará mayor autonomía y habilidades para crecer en un ambiente que no está pensado sólo para él.
Y muchos me preguntaréis, ¿es verdad que los niños no se relacionan antes de los tres años?
Claro que sí se relacionan, pero no de la manera que nos relacionamos una vez pasada la etapa de egocentrismo.
Los niños se relacionan con el entorno y las personas desde que nacen, ya que el ser humano es un ser social y para sobrevivir tenemos que convivir con el resto.
Pero es verdad que ellos se ven a sí mismos protagonistas de sus vidas, y no ven la parte fundamental y positiva de estar en sociedad.
Es decir, convivir como tal es relacionarse con el otro sabiendo ceder, empatizar, seguir normas, obedecer culturas y conductas.
Los niños tratan de formar parte del grupo, pero no se relacionan de forma consciente o activa con los otros, sino que aprenden estrategias para imponer su criterio o tratar de sobrellevar la situación. No es una forma de socializar, ya que eso es un proceso complejo y que requiere mayor madurez cerebral. Es una manera de convivencia primaria.
Por lo tanto, la relación con otros niños desde pequeños sí que es positiva, pero teniendo en cuenta que para ello la única opción que hay no es sólo la escuela infantil, como muchos afirman, sino que existen también los grupos de juego, el parque, la piscina, la ludoteca, la relación con su entorno (primos, hermanos, hijos de amigos…), etc.
Añadir que muchos pediatras y estudios sanitarios afirman que no es igual afrontar una enfermedad con ocho meses de vida que con tres años, ya que las defensas y el sistema inmunológico del niño, reacciona de diferente modo en cada edad, siendo éste cada vez más maduro.
Y los peques que no acuden a escuela infantil ¿tienen un desarrollo más tardío, son más dependientes o menos sociables?
No, ya que como hemos visto, el proceso de socialización no se da hasta los tres años y además podemos fomentar la relación con otros niños en otros espacios, pero además los peques que no acuden a escuela infantil disfrutan de otras ventajas que les enriquecen como:
– Disfrutar de un horario propio, sin madrugones, ni horarios fijos. Se respetan más sus ritmos y necesidades.
– Atención única y específica, dejando que sea el niño quien guíe el juego, los momentos de descanso, de comida, etc.
– Atención al desarrollo emocional, ayudando y apoyando cada momento del niño, sus emociones y necesidades.
Esto no quiere decir que esto no pueda darse en una escuela infantil, pero es más complicado que en casa, ya que el profesional tiene que atender a más niños a la vez que seguir un ritmo general para el grupo, lo que es totalmente lógico y normal.
¿Cuál es la conclusión?
Las escuelas infantiles son una gran herramienta de ayuda para las familias pero no son necesarias e indispensables para el desarrollo de las diferentes áreas de los niños menores de tres años, ya que lo que aprendan en ellas también pueden adquirirlo en familia, estando en contacto con su entorno y desenvolviéndose en un ambiente natural.
Para muchas familias son la única opción para poder conciliar vida familiar y laboral, sin cargar a otros familiares.
Ahora también existe la opción de Madres de Día o cuidadores a domicilio, cuya labor debe ser contemplada de igual modo.
Los niños que crecen en casa junto a sus familias reciben una atención más individualizada y personal que permite seguir mejor los ritmos del niño.
Lo mejor es no juzgar a aquellos que escojan tanto una opción como otra, porque nunca sabemos cuáles son las necesidades que han llevado a cada uno a escogerlas.
Respetar y seremos respetados.
Comment
Hola!
Me ha gustado muchísimo la perspectiva y el enfoque aportados en esta entrada!
Soy maestra de educación infantil y Psicopedagoga infantil, he trabajado muchos años en Escuelas Infantiles y es cierto que al final son un recurso para los padres y creo que también eso hay que tenerlo en cuenta y actuar en consecuencia. La escuela infantil no es buena ni mala «per se»… La escuela infantil es un recurso que la sociedad actual necesita como bien se ha i dictado en el post.
Un abrazo y enhorabuena por la entrada.
Amaia
(Piojitos & Bollitos)