«La infancia es única y debe ser cuidada y respetada por todos, ya que marcará el futuro del niño y su forma de ver el mundo”.
Alejandra Melús es maestra de Educación Especial y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz y trabaja con niños de cero a seis años realizando sesiones individualizadas de tratamientos especializados.
Podéis seguirla en su blog Atención Temprana y Estimulación
¿Debemos obligar a los niños a dar besos?
Los adultos tenemos muy interiorizadas ciertas conductas culturales y de interacción con los demás que pueden resultar muy invasivas a la hora de ser enseñadas o aprendidas por el niño.
Hay comportamientos y actitudes que adquirimos casi sin darnos cuenta, por imitación y constancia, como por ejemplo, dar las gracias o pedir algo por favor; pero otras conductas que tienen relación con el contacto físico suelen ser más complejas de aprender e incluso puede que resulten violentas e incómodas para el pequeño, teniendo que respetar sus decisiones y el contacto que el niño escoja del otro hacia sí mismo y viceversa.
Entonces, ¿debemos obligar a los niños a dar besos?
Mi respuesta es no, por varios motivos que me gustaría exponeros:
– Los niños deben decidir aquello que tenga relación con su cuerpo y el contacto físico. Si queremos niños asertivos, capaces de decir que no a los extraños y a contactos no deseados, debemos respetar ese rechazo que les nace de manera innata cuando son ellos los que deciden por sí mismos. El contacto físico implica afecto, voluntad, conocimiento, decisión…
– Los niños no entienden el contacto físico como una moneda de cambio, es decir, no hacen algo a cambio de afecto. Si lo pensamos los adultos tampoco lo hacemos, ¿entonces por qué obligamos a los niños a hacerlo? Son ellos los que deben aprender a mostrar su afecto de manera adecuada a aquellos que así lo sientan. No es positivo que aprendan a dar muestras de cariño a cambio de algo material, porque buscamos que comprendan el cariño como tal, no como una actitud forzada y obligada.
– Podemos proponer y hacer que empaticen, pero jamás obligar. La obligación implica rechazo por parte del niño. Cuando obligamos ya estamos imponiendo un contacto que el niño no muestra de manera natural. Podemos enseñarles que está bien despedirse de los abuelos con un beso tras un día juntos o darnos un beso a la hora de ir a dormir o cuando saludamos a un familiar, pero sin obligar ni chantajear, sino proponiendo y aceptando su decisión, dándole tiempo para que aprenda las normas sociales y al mismo modo muestre los sentimientos que surgen en sí mismo de forma intrínseca.
– El chantaje y el sentimiento de culpa harán que se comporten como nosotros queremos y no como realmente sienten. Por lo tanto, si buscamos que nazca afecto del niño hacia el otro, debemos hacérselo entender con actitudes y ejemplos, pero no mediante reproches y castigos.
– Es muy positivo que un niño aprenda a poner límites a lo que realiza con su cuerpo y aprenda a manifestar sus sentimientos de manera adecuada, siendo coherente con aquellos que conoce y aquellos que no.
– La mejor herramienta es la empatía, ponerse en la piel del niño nos ayudará a entenderle mejor. Quizás al despedirse de sus abuelos no les de un beso para agradecer todo lo que le han regalado en el día juntos, pero seguro que durante el día él también les ha devuelto ese afecto, con gestos de cariño, miradas, sonrisas, palabras y demás muestras. El niño actúa de manera inmediata y no haciendo balance final en la despedida, dando un beso al adulto si éste le ha dado lo que quería, o no dándoselo si no ha recibido lo que deseaba. El niño es acción-reacción. Y por lo tanto debemos valorarlo como tal. No estropeemos un día que ha sido fantástico por una despedida sin beso.
Cuanto menos presionemos más espontánea será la reacción del niño y más valor tendrán sus muestras de cariño, porque no serán solicitadas sino voluntarias.
– Debemos enseñar a los peques a mostrar sus emociones y sentimientos de un modo adecuado. El exceso de afecto a desconocidos es un verdadero problema en la relación con los demás. Aquellos peques que dan besos sin medida, abrazan y buscan cariño en todo el que se cruza con ellos, muestran una necesidad de aprobación constante, carencia afectiva y descontrol de sentimientos, además de una carencia a la hora de filtrar y seleccionar a las personas adecuadas para ello.
A veces cuando buscamos que un niño «se comporte adecuadamente» podemos generar la situación contraria y encontrarnos con un verdadero problema de autoestima y búsqueda de aprobación.
Y tú, ¿crees que debes obligar a dar besos a tus hijos? ¿Consideras positivo que tengan muestras de cariño de manera forzada?
3 Comments
Nunca se les debe obligar. Pero no estoy de acuerdo en que se dan muchos besos tienen algún problema. Son etapas que pasan los niños. A mi hijo le encanta dar besos, sobretodo a los bebes, y desde luego no tiene ningún problema afectivo, es un bebé muy alegre y querido por todos. Dar besos o no dar tiene por qué ser un problema del bebé
Buenas tardes. Desde mi ignorancia e inexperiencia, ¿no se si esta bien que el niño te vea dar besos a tus padres y hermanos/as?, de tal forma que en las despedidas, si les dices, te quieren mucho y si les das un beso le demuestras que les quieres y agradeces su acompañamiento, a parte de que ya has puesto tu ejemplo como acto y lo hablas con ellos, sin coaccion u obligacion, ¿digamos que lo estoy haciendo mal? Por otro lado, si los niños son accion-reaccion, ¿no es un contrasentido no decirles que si han hecho algo bueno por ellos que lo agradezcan? Ya que, en su decision(reaccion), ¿como sabemos que no entienden que el desapego es la mejor opcion y que aunque hagan algo por ellos, en un futuro, no tienen ni porque dar las gracias? Que lo hagan con extraños, es lógico, pero¿donde está la linea con la familia?
Yo pienso que nunca se les a de obligar, ellos tienen que ser dueños de sus cuerpos, yo desde luego no beso por obligación a nadie, porque lo tiene que hacer mi hijo? Saludos!