«La infancia es única y debe ser cuidada y respetada por todos, ya que marcará el futuro del niño y su forma de ver el mundo”.
Alejandra Melús es maestra de Educación Especial y experta en Atención Temprana e Intervención Psicomotriz y trabaja con niños de cero a seis años realizando sesiones individualizadas de tratamientos especializados.
Podéis seguirla en su blog Atención Temprana y Estimulación
Para los que ya me conocéis, sabéis que nunca afirmo una fecha determinada para algo, ya que cada niño lleva sus ritmos y es maduro para unas cosas antes o después que otro. Por ello, lo importante es identificar el momento adecuado para retirar el chupete a nuestro hijo, siempre dentro de unos límites, más o menos establecidos.
Los pediatras no suelen aconsejar ofrecer el chupete al niño antes de que se establezca adecuadamente la lactancia materna, ya que aseguran que puede interferir en ésta. Lo que está claro es que el hecho de succionar, calma al bebé y le da una herramienta de consuelo y seguridad de la que el peque se beneficia y por lo tanto, también su entorno.
Esta herramienta parte del reflejo de succión que tienen los bebés al nacer y les hace buscar el pecho de su madre, en busca de alimento. Esta succión la emplean muchas veces para tranquilizarse y no para alimentarse, por lo tanto al ofrecerles nuestro dedo meñique o un chupete, el bebé se calma al succionar por lo que la acción de succión conlleva y desencadena en su cerebro.
Teniendo esto claro, podemos decir que el chupete es útil y funcional hasta cierta edad, pero cuando el niño empieza a tener otras necesidades y va madurando, debemos ofrecerle otras herramientas de calma y consuelo adecuadas a su desarrollo y a su edad.
Cómo dejar el chupete
El chupete no tiene edad exacta de retirada, pero casi todos los profesionales (logopedas, pediatras, dentistas, odontopediatras…) coinciden en que la edad recomendada de retirada es hacia los dos años, cuando le han salido los dientes de leche al peque, come alimentos sólidos de todo tipo y tiene gran interés por comunicarse a través del lenguaje hablado.
Todo ello se podría ver perjudicado por el uso del chupete, ya que éste a largo plazo puede deformar el paladar, la colocación de los dientes, retrasar el lenguaje del niño o generar problemas en la alimentación.
Esta edad de retirada puede variar si se detectan antes problemas fisiológicos en el niño, como frenillo, problemas en la alimentación, separación de los dientes u otros, ya que si esto es así debemos retirar el chupete en cuanto un profesional nos lo aconseje.
Y con todo esto no quiero decir que el chupete sea malo y no deba usarse, sino que tiene su tiempo y su función, como la mayoría de herramientas empleadas en la infancia y, después debe ser retirado de esta forma:
Anticipar el proceso:
Le explicaremos al niño que ya es mayor (nunca usaremos el término bebé de forma peyorativa, ya que ser bebé no es algo negativo, sino que daremos énfasis al hecho de que ser mayor tiene sus ventajas) y, que por esto vamos a dejar de usar el chupete, porque no nos deja hablar bien, nos puede descolocar los dientes o nos impide cantar. Lo que se os ocurra que pueda motivar a nuestro hijo, pero siendo realistas y planteando un cambio de bebé a niño.
Una vez anticipado esto unos días antes de la retirada, podemos tratar de ofrecer el chupete sólo en momentos puntuales, como en la siesta y en la noche o en los momentos de sueño, ante una caída o un golpe, etc. Además podemos empezar a ofrecerle un objeto unido al chupete, como un Dou-dou, o su muñeco favorito. Dándole de este modo ambas cosas, para que cuando retiremos el chupete pueda tener un sustituto.
Realizar la retirada:
Dependiendo de la edad del niño comprenderá mejor o peor este proceso y la explicación que le demos de lo que está sucediendo. Por lo tanto, debemos buscar una historia que comprenda el peque y que le haga sentirse calmado.
Por ejemplo, cuando nos toque la revisión de los dos años del pediatra podemos llevar los chupetes y decirle al peque que se los vamos a dar al médico para que se los dé a los nuevos bebés que lleguen a la consulta; o podemos decirle al niño que este año los Reyes Magos se tienen que llevar nuestro chupete porque se llevan todos los de los niños de dos años que ya son mayores; también podemos echarlo al buzón explicándole que el cartero se lo llevará a los bebés que nazcan; o podemos echarlo juntos simplemente a la basura porque haya comprendido que no debe usarlo más.
El niño se sentirá más seguro y comprenderá mejor el proceso si participa en él, por lo tanto es positivo hacerle parte activa y explicarle de forma sencilla y clara lo que sucede.
Ante todo, la retirada debe ser firme y única. No hay vuelta a atrás, ya que si cedemos ante lo que el niño demanda, no tendremos credibilidad en todo el proceso que llevamos elaborando.
Adaptación al cambio:
Debemos tener en cuenta que el proceso de adaptación puede ser más o menos costoso, dependiendo de cada caso, y si el niño nos demanda atención o se encuentra irritable o enfadado, debemos darle apoyo y consuelo, le acompañaremos y comprenderemos en este paso tan significativo para él.
Podemos ofrecerle un nuevo objeto para calmarse o para dormir (dou-dou, pañuelo de mamá con su olor a colonia, juguete favorito, lo que él elija) y, debemos tener en cuenta que puede haber cambios en el sueño, el carácter, el descanso, ya que puede estar más inquieto, más sensible, etc.; o que por el contrario, puede que se adapte fenomenal y mucho mejor de lo que esperábamos y todo sea más sencillo de lo que nos habíamos planteado en un inicio.
A veces estos cambios son más significativos para los padres que para los hijos. Lo que nos planteábamos como un proceso duro y complejo resulta que acaba siendo pan comido, ya que nuestro hijo se adapta fácilmente a su nueva vida llena de nuevos objetos por descubrir. Quitar el chupete es uno de los grandes hitos que nos muestra de manera visual que nuestro bebé se está haciendo mayor y a veces somos nosotros, los adultos, quienes no queremos dejar que nuestro bebé crezca.
Os animo a intentarlo con una predisposición positiva, ya que suele ser más fácil de lo que creemos. Sed conscientes de que si nosotros queremos, podemos y, que todo con buena predisposición es más sencillo. Os lo digo por experiencia propia.
El domingo día 13 os espero a todos en el Facebook de Tutete en una rueda de preguntas de 10 a 12 de la mañana, para resolver vuestras dudas respecto a este tema. ¡Nos vemos!
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[…] Son muchas las familias con las que trabajo que a lo largo del tiempo me han hecho la misma consulta: ¿CUÁNDO DEBE DEJAR EL CHUPETE MI HIJO? […]