A la hora de criar a nuestro hijo nos abordan miles de dudas entre ellas si estamos muy encima de ellos o si por el contrario les estamos dejando demasiada libertad y nos asalta el miedo a que no tengan límites. Esta dicotomía de preguntas aparecen cuando nos cuesta encontrar un equilibrio en nuestra manera de actuar como padres. Lo que sí es cierto es que en la actualidad se está mostrando una tendencia por la hipercrianza o hiperpaternidad.
¿Qué es la hipercrianza?
Se define como la atención excesiva a los hijos, su manera de relacionarse con el entorno y su desarrollo y las personas que les rodean en exceso. Es decir, cuando los padres se involucran a todos los niveles posibles en la vida de del niño o niña. Este tipo de atención excesiva puede ser muy negativa en su crecimiento y traer muchas desventajas en el desarrollo del pequeño.
- Este modelo puede acarrear decepciones cuando no se cumplen los deseos que tenemos ideados para nuestros hijos desde su nacimiento.
- Una sobreprotección es agotadora para las niños porque implica tener sus horarios extraescoleres llenos completamente.
- Es también agotadora para los padres porque su preocupación no conoce fronteras: hablan con todos los profesores, hacen los deberes de los niños, les preparan la mochila, les acompañan a sus actividades…
- Debe exister un aprendizaje de los errores del niño: si se les coarta su independencia, si se interviene en cualquier conflicto que aparece en sus vidas no les estaremos haciendo ningún favor para su desarrollo personal.
- No estar tan pendiente no significa querer menos a tus hijos. Otorgándoles responsabilidades y capacidad de decisón de sus propios actos es también una gran muestra de amor y de confianza.
- Los niños que sufren la hipercrianza se aburren más rápido: están más acostumbrados a que les organicen todo su tiempo libre que no saben que hacer con él cuando esto no ocurre.
- Los niños pueden llegar a pensar que no son válidos por ellos mismos: si siempre te sientas con ellos a hacer los deberes nunca llegarán a poder hacerlos por su propia cuenta o pensarán que no son capaces de ello. Ello puede desembocar en futuros miedos e inseguridades personales durante la adolescencia.
Una atención sana es lo más adecuado para estos casos, observar sin intervernir en todas las ocasiones. es obvio que nos preocupamos mucho de los pequeños pero a su vez, es bueno que se sientan capaces y no se agobien con nuestras conductas. Los niños saben que pueden contar contigo para todo pero que no dependan de tí en todos sus aspectos de su vida. Esto con el tiempo será lo más beneficioso para ambos y desemboracá en relaciones saludables y en un desarrollo personal más beneficioso para el pequeño.
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