Aunque no nos lo parezca, la merienda es parte de las 5 comidas fundamentales de los niños y también debería serlo de los adultos. Por falta de tiempo o por encontrarnos fuera de casa muchas veces nos es más fácil darle a los niños un donut, un helado o alguna bollería, tomándonos a la ligera una práctica esencial.
El estómago de los niños es pequeño y necesitan grandes cantidades de energía para aguantar todo el día. Por ello, deben comer con incluso más frecuencia que los adultos. Tenemos que aprovechar lo mucho que le gusta a los niños merendar para darles de comer leche, fruta o galletas teniendo en cuenta que el aporte energético de las meriendas debe representar el 15% del total diario (la comida y la cena forman el 60%). No deben ser tan copiosas que interfieran negativamente en el proceso de digestión de la comida del mediodía y deben estar suficientemente alejadas de la comida y no impedir la cena. Lo más recomendable es que pasen unas tres horas entre la comida y la merienda y otras tres hasta la cena.
La merienda ideal para los niños
- Debe ser variada
- Debemos cuidar y moderar la ingesta de alimentos calóricos
- Incluir alimentos que contengan muchos nutrientes
- Aprovechar la merienda para completar su comida diaria de lácteos y cereales. Debemos crear un combinado de los tres grupos más representativos: vaso de leche, fruta y cereales.
- No toda la bollería es perjudicial. Tenemos que controlar que no sean grasas vegetales hidrogenadas.
- Los frutos secos son también en pequeñas cantidades una gran fuente de nutrición.
- El zumo y el yogur son nuestros mejores aliados. Aportan proteínas de alta calidad, calcio para el desarrollo de sus huesos y vitaminas.
- Y sí, los bocadillos pueden ser una buena alternativa para las meriendas ya que aportan una gran cantidad de hidratos de carbono. Los niños a partir de los 2 años pueden ya comenzar a comer rebanas de pan sin problema.
¿Qué os gusta darles de comer a vuestros hijos?
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