En esta época del año, todos estamos más expuestos al sol y al calor, por lo que el riesgo de deshidratación aumenta.
Los bebés más pequeñitos son los más vulnerables a las altas temperaturas del verano, ya que su temperatura corporal no se autoregula, como en los adultos.
Además, los bebés no expresan su malestar cuando necesitan una dosis extra de hidratación y tampoco entienden su necesidad de beber líquidos, por lo que tendrás que ser tú quién vigile especialmente a tu pequeño en verano.
Cómo hidratar a tu bebé en verano
- Ofrécele agua con frecuencia; los bebés no piden agua cuando tienen necesidad de beber, acercale el biberón con agua fresquita cada poco tiempo para que el pequeño la tome cuando lo necesite.
- Utiliza un vaporizador; si hace mucho calor puedes llevar en el bolso un pequeño vaporizador con agua fresquita para rociar al bebé.
- Evita salir a la calle en las horas de más calor; los bebés necesitan pasear y que les de el aire, pero evitando las horas en las que el sol pega más fuerte conseguirás evitar la deshidratación del bebé.
- Vístele con ropa fresquita: o incluso si hace demasiado calor en casa puedes tenerle solo con el pañal.
- Busca la sombra; cuando salgas a pasear con el pequeño, trata que le de siempre la sombra, pues la exposición directa al sol no es buena para el bebé.
- Aumenta las tomas; algunos expertos recomiendan aumentar las tomas durante el verano, cada 2 horas si es lactancia materna y cada 3 si es artificial.
- Ventila bien la casa; y evita una exposición directa del bebé a los aparato de aire acondicionado
- Dale un baño con agua templada; si no estás en la playa o la piscina y quieres refrescar al bebé, puedes darle un baño con agua templada en la bañera.
Y tú, ¿cómo mantienes a tu bebé hidratado en verano?
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