Ya hemos hablado antes de los mitos o verdades del embarazo, parto y postparto.
Hoy vamos a hablar de la lactancia materna, otra cuestión que está rodeada de mitos. Unos más curiosos que otros, eso es así 😉 Hemos hecho una buena recopilación de mitos que seguro que has oído en alguna ocasión:
21 Mitos sobre la leche materna
- Mi pecho es pequeño, puede que no tenga suficiente leche.
- Mi bebé no está aumentando de peso y creo que es porque no come suficiente.
- No tengo suficiente leche.
- Si tu madre no tenía mucha leche, tú tampoco la tendrás.
- Mi leche no es buena. O creo que mi leche es acuosa y no alimenta o si la leche presenta un aspecto acuoso hay que dejar de amamantar.
- Los enfados pueden cortar la leche.
- El estrés puede ‘cortar’ la leche
- Para producir más leche hay que comer ciertas cosas y evitar los alimentos «fríos». O para tener más leche, tengo que beber mucha leche.
- Tener los pezones planos o invertidos va a hacer casi imposible la lactancia.
- Hay que dar el pecho cada tres horas, para dar tiempo a que «se recargue».
- Si les das a demanda a tu bebé, no se acostumbra a comer con unas pautas y eso le puede dañar el estómago.
- El bebé sigue llorando, querrá comer más y no tengo suficiente.
- Las tomas empiezan a ser más frecuentes de lo habitual, quizás mi bebé se queda con hambre.
- Ya no noto el pecho ‘lleno’, puede que no tenga suficiente leche.
- Con el sacaleches, me extraigo poca cantidad. No puedo continuar con la lactancia.
- «Vuelvo a tener la menstruación, el fin de la lactancia materna.
- Estar resfriada, tener la gripe o tomar medicamentos es incompatible con la lactancia.
- Si el bebé no duerme del tirón es porque ya necesita un suplemento (leche de fórmula).
- El aumento de peso del bebé no es tan rápido como se espera. No se está alimentando bien.
- Me he quedado embarazada, tengo que destetar a mi bebé.
- Tras la incorporación laboral ya no es posible continuar con la lactancia materna.
Si sospecharas en alguna ocasión que pasa algo (intuición, hechos, etc.) debes consultar a un pediatra. No vale con hablarlo y que otras personas te digan (de muy buena fe) lo que creen que te pasa en base a su experiencia, porque cada persona es un mundo, y es imposible que acierten.
¿Te suenan? 😉
Fuentes:
Baby Center
El Mundo
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